xxxii.







suelo posar mi mirada sobre tu piel desnuda
acaricio entre suspiros el aroma que de tu cuerpo emana
dibujo con mi mente posiciones y palabras
y en mi cuerpo una fiebre intensa me consume... me evapora

tú ahí, quieta y sonriente ante mis ojos incrédulos a tu belleza
de mirada dulce, apasionada y encantadoramente coqueta
recorres mi cuerpo, y lo acaricias, sin prisas
descubres el cosquilleo que me provoca sentirme deseado por ti

¿deseo?
¡por amor o por lujuria!
¿cómo justificas tú el deseo?
un impulso animal en un ser que todo lo razona

no puedo escapar de tus impulsos
no puedo dejar de tocar el cielo por lo menos un instante
no puedo, por deseo, no caer ante el sublime pecado

mi cuerpo desnudo reposa en tus ojos
indefenso y frágil, así me presento
tú eres mi fuerza, mi deseo... mi todo...




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